Antes
de comenzar con la reflexión sobre los contenidos de esta sesión, me gustaría
empezar esta entrada diciendo que todas las actividades e ideas propuestas por
la profesora me parecen muy útiles, eficaces y capaces de motivar a los
alumnos. Llevamos desde el minuto 0 de este master escuchando que a los alumnos
hay que motivarlos, que se aburren en clases, que no les apetece trabajar si no
es con un fin o propósito que ellos vean alcanzable y apetecible… que los
ejercicios a los que estamos acostumbrados como alumnos no son nada motivadores
y que por lo tanto deberíamos cambiar la manera de dar las clases. Bien, la
teoría nos la repitieron muchos profesores, pero ninguno nos dijo cómo, qué se
podría hacer para conseguirlo, como mucho, en la asignatura de Innovación vimos
algo, pero en realidad lo que hacíamos era crear actividades en las que los
niños en vez de rellenar en un papel los huecos, lo hacían en una pantalla con
el ratón y el teclado, vamos, supermotivador. Por lo tanto, celebro que de una
vez por todas no hayan hecho ver varios ejemplos de actividades de este tipo
para que nosotros, como futuros profesores, podamos usarlas, mejorarlas, adaptarlas…
La
actividad con la que comenzamos la clase me pareció muy útil para un primer día
de clase y para toma de contacto con los alumnos. En el primer día siempre nos
presentamos todos los alumnos y, si la clase es grande, se hace aburrido,
tedioso… oír y repetir siempre lo mismo, solo cambiando nuestro nombre. Además,
estamos contando las personas que van delante nuestro para saber cuál es
nuestro turno y, una vez presentados, ignoramos al resto. Con el ejercicio de
la cadena conseguimos que los alumnos presten atención, porque quieren recordar
la cadena y hacerlo bien y además, como profesores, que se repitan
continuamente los nombres nos viene muy bien para memorizarlos como quien no
quiere la cosa.
Después
hablamos de conceptos que ya conocíamos como la motivación intrínseca y
extrínseca o las diferencias entre ejercicio, actividad, tarea y proyecto. Creo
que de las pocas cosas que nos quedaron más o menos claras desde el principio
en este Máster.
También
me llamó la atención que la profesora que, hablando de las lecturas
obligatorias, la profesora dijese que solo valora que el alumno haya leído o no
el libro. Da igual si comete o no errores, lo único que debe hacer en el examen
es demostrar que lo ha leído. Muy pocos profesores de LE hacen esto (incluso
profesores de otras asignaturas) con lo que estoy completamente de acuerdo.
Ahora bien, si los errores son tan graves y frecuentes que dificultan la
comprensión del texto, ¿qué deberíamos hacer como profesores? ¿Puede que los
demás alumnos, que hayan leído el libro y se hayan esforzado por escribir bien
vean como un agravio comparativo el hecho de que otros alumnos tengan
demasiados errores gramaticales? Quizás, para que no ocurra esto, lo mejor
sería hacer exámenes tipo test para este tipo de pruebas.
También
me pareció muy importante recordar que una actividad de listening debe estar
contextualizada, debe tener pasos previos de “calentamiento” y actividades
posteriores. Muchos profesores llegan a clases ponen el audio y lo corrigen y
muchas veces nada tiene que ver ese audio con el resto de la clase. También
debo decir que en mi experiencia como alumno (y como profesor de español en el
extranjero) se cometen muy a menudo los errores comunes de las actividades de
comprensión. Por lo que ver la lista, saber cuáles son e intentar corregirlos
para nuestras futuras clases fue completamente necesario.
En
cuanto a las diferentes maneras de hacer dictados, me encantaron todas. Los
dictados tradicionales son obsoletos y aburridos, típicos de la escuela
francesa tradicional que ha renegado de ellos en los últimos años. Nunca había
pensado (ni se me ocurriría) que, por ejemplo, si hacemos que sea un running
dictation, se convertiría en una actividad tan lúdica y entretenida.
Simplemente haciendo que sean ellos los que lean el dictado pro grupos y dando
un premio al que primero acabe.
También
me llamó la atención el hecho de que, como profesores, debemos tener siempre en
cuenta estado de ánimo de la clase y abrir un poco la mano si vemos que no es
el mejor para realizar las actividades que teníamos pensado (aunque también, si
nos fiamos de ellos, nunca están de humor para trabajar) y que si una actividad
está funcionando bien hay que dejarla seguir aunque nosotros tuviésemos
programado un cambio.
Me alegra que te haya servido la clase. Me gusta que llegues a tus propias conclusiones. No te preocupes si en una prueba de comprobación de lectura algunos alumnos se expresan muy bien y otros, aunque no tan bien, tú les valores que hayan leído. Lo que consigues con ello es motivar al que le cuesta porque ve recompensado su esfuerzo.Tú como profesor sabes quien además de leer, lo ha expresado con correción y se lo tendrás en cuenta.
ResponderEliminar